En octubre próximo, la Unión Europea tomará su decisión definitiva sobre la autorización del glifosato, una sustancia común en productos fitosanitarios que fue objeto de un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015 que sugirió su posible carácter cancerígeno.

Una representante de la Comisión Europea (CE) informó a los miembros de la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo que la “decisión final” se tomará en un comité permanente dos meses antes de que venza la autorización del glifosato el 15 de diciembre.

En una discusión en el Parlamento Europeo, Bernhard Url, el director ejecutivo de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), abordó este tema. La EFSA concluyó en julio pasado que, tras evaluar su impacto en la salud humana, animal y el medio ambiente, no se habían identificado áreas críticas de preocupación en el uso del glifosato, aunque reconoció la falta de evaluación en algunos aspectos.

Url reconoció que a pesar de que la sustancia ha estado en el mercado durante cuarenta años, no se dispone de todos los datos necesarios para llegar a conclusiones definitivas sobre ciertos aspectos.

La decisión de octubre tomará en cuenta las conclusiones de la EFSA, que indican que no hay grandes inquietudes, pero también examinará las áreas en las que falta información, según la representante de la CE.

Url expresó su indignación ante las dudas planteadas sobre la independencia de la EFSA y aclaró que esta no está otorgando un permiso absoluto para el uso del glifosato. Además, destacó que la agencia de seguridad alimentaria no toma decisiones, ya que eso es responsabilidad de la Comisión Europea y los países de la UE.

El director de la agencia enfatizó que las conclusiones de los informes se basan en datos científicos y que la decisión de autorizar o no la sustancia en la agricultura europea es de naturaleza política.

El glifosato, una sustancia química presente en productos fitosanitarios, se utiliza en gran medida en la agricultura y la horticultura para controlar las malezas en competencia con los cultivos.

A pesar de la alerta de la OMS en 2015 sobre los riesgos cancerígenos del glifosato, la EFSA y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) afirmaron posteriormente tener pruebas científicas para clasificar al herbicida, uno de los más utilizados en el mundo, como no cancerígeno.

Fuente: EFE.AGRO