En Venezuela, la palma aceitera se considera una oportunidad atractiva para los agricultores, según expertos del sector. El aceite de palma se utiliza en casi el 50% de los productos envasados en los supermercados, y su demanda también se extiende al mercado de biocombustibles, que se espera que siga creciendo.

Indonesia, el líder mundial en la producción de aceite de palma, recientemente suspendió sus exportaciones para asegurar el suministro interno. Esto ha despertado el interés en América Latina como una posible fuente alternativa de abastecimiento.

Actualmente, Venezuela solo satisface una quinta parte de su demanda nacional de aceite de palma. Sin embargo, se espera que en los próximos años se pueda cubrir toda la demanda. La palma aceitera se ha convertido en un negocio clave en Venezuela por varias razones.

La rentabilidad del cultivo de palma aceitera es uno de los aspectos más atractivos para los agricultores. El precio del fruto de la palma, conocido como corozo, se basa en el mercado internacional y no se ve afectado por las fluctuaciones de divisas en el país. Aunque los precios pueden variar, en años recientes se han registrado cifras récord.

La palma de aceite tarda entre 2,5 y 3 años para tener la primera cosecha, pero luego su producción aumenta con el tiempo. Una hectárea de palma puede llegar a producir alrededor de 25 toneladas al año. A medida que el volumen y la densidad del fruto aumentan con los años, los márgenes de ganancia también crecen.

La palma aceitera es un cultivo resistente y se adapta a climas cálidos, como los que se encuentran en Venezuela. Además, tiene una vida útil de varias décadas, lo que lo convierte en una inversión a largo plazo.

El cultivo de palma aceitera también es atractivo debido a su bajo riesgo de robo. A diferencia de otros cultivos, el corozo de palma no es fácilmente hurtado, lo que proporciona tranquilidad a los agricultores en un entorno de seguridad desafiante.

Los viveros de palma son importantes para garantizar el rendimiento del cultivo, ya que proporcionan semillas certificadas de alta calidad. La inversión en semillas certificadas es fundamental para evitar problemas de baja producción.

La palma aceitera también genera empleo en Venezuela. Por cada seis hectáreas de cultivo, se estima que se genera un empleo. Se calcula que actualmente hay alrededor de 75,000 hectáreas sembradas de palma en el país, lo que supone aproximadamente 12,500 puestos de trabajo directos. Si el objetivo de alcanzar 200,000 hectáreas se cumple, se crearían alrededor de 33,000 empleos adicionales.

Fuente: CNN en Español